Brian Piecuch, Zoila Reich y Kenton Oglesbay, miembros de nuestra parroquia,rezan la Liturgia de las Horas los martes, jueves, y sábado a las 8:00 am en vivo en nuestra página de Facebook.

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La Liturgia de las Horas, también conocida como Oficio divino o la obra de Dios (opus Dei), es la oración diaria de la Iglesia, que marca las horas de cada día y santifica el día con oración. Las Horas son un diálogo meditativo sobre el misterio de Cristo, que usa Escritura y oración. A veces el diálogo es entre la Iglesia o el alma individual y Dios; a veces es un diálogo entre los miembros de la Iglesia y a veces es incluso entre la Iglesia y el mundo. El Oficio divino es "verdaderamente la voz de la Esposa misma dirigida al Esposo. Es la propia oración que Cristo junto con su Cuerpo dirige al Padre" (Sacrosanctum Concilium, n. 84). El diálogo siempre se lleva en presencia de Dios y utilizando las palabras y la sabiduría de Dios. Cada una de las cinco horas canónicas incluye selecciones de los Salmos que culminan en una proclamación de la Escritura. Las dos horas más importantes (o bisagra) son la Oración de la Mañana y la Oración de la Tarde (Laudes y Vísperas). Cada una de ellas incluye un cántico del Evangelio: el Cántico de Zacarías tomado de Lucas 1, 68-79 para la Oración de la Mañana (conocido como Benedictus), y el cántico de María, tomado de Lucas 1, 46-55 para la Oración de la Tarde (conocido como Magnificat). El cántico del Evangelio funciona como un tipo de extensión meditativa de la proclamación de la Escritura a la luz del evento de Cristo. Las Oraciones de la Mañana y la Tarde también incluyen intercesiones que surgen de la proclamación de la Escritura del mismo modo en que los Salmos la preparan.

En las Horas, se ejercita el sacerdocio real de los bautizados y este sacrificio de alabanza se conecta así al sacrificio de la Eucaristía, ambos a la vez preparando y surgiendo de la Misa".

Los himnos y letanías de la Liturgia de las Horas integran la oración de los salmos en el tiempo de la Iglesia, expresando el simbolismo de la hora del día, la estación litúrgica o la fiesta que se celebra. Es más, la lectura de la Palabra de Dios en cada hora (y las consecutivas respuestas o troparia) y las lecturas de los Padres de la Iglesia y los maestros espirituales en ciertas horas, revelan más profundamente el misterio que se celebra, ayudan a comprender los salmos y preparan para la oración en silencio" (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1177).

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